Kingman, El Carbonero y su influencia (2024)

Kingman, El Carbonero y su influencia

Belén García

Pontificia Universidad Católica del Ecuador (Comunicación)

Resumen: Eduardo Kingman Riofrío fue un pintor ecuatoriano que se destacó por su estilo expresionista y el tema tratado en sus obras. Él se ha caracterizado por hacer pinturas en las que exponía el tema del maltrato indígena principalmente; se aprecia el dolor y la miseria en sus oficios, la religiosidad, la ternura y hasta su cólera. Es por eso que forma parte del movimiento del Indigenismo en Ecuador. Kingman es reconocido por las grandes y poderosas manos de sus personajes, simbolizando la fuerza del trabajo indígena, por eso es conocido como “el pintor de las manos”. A pesar de que este sea su estilo y firma en sus obras, el pintor también experimentó en otras áreas, como superrealismo o arte metafísica. Kingman formó parte del movimiento del Realismo Social que nació en los años 30, a partir de esta época él cobró un papel importante en el Ecuador. En el presente artículo se analizará las características generales del pintor y su estilo, concentrándome en la pintura de “El Carbonero”, y con esta descubrir la influencia que tiene en la visión de la juventud ecuatoriana sobre la comunidad indígena. Palabras clave: Eduardo Kingman, maltrato indígena, manos, influencia.

Summary: Eduardo Kingman Riofrío was an Ecuadorian painter who is recognized for his expressionist style and the themes that he portrayed in his work. He is known for focusing on painting the mistreatment of the indigenous people in Ecuador. Additionally, we can appreciate the pain and misery in their duties, the religiosity, the tenderness and even their rage. For this reason, he makes part of the movement of the Indigenismo in Ecuador. Kingman’s work is characterized by portraying big and powerful hands which represent the strength of the indigenous’ work, that is why he is known as “the painter of the hands”. In spite of this being his signature style, the painter also worked on other areas such as surrealism or metaphysic art. Kingman was part of the Social Realism movement (Realismo Social) which was born in the 30s and from this moment on he has been an important figure in Ecuador. In the following article the general characteristics of the painter and his artistic style will be analyzed, emphasizing the elements in the painting “El Carbonero” in order to attempt to discover the influence his work has in the vision of the Ecuadorian youth with regard to the Indigenous community. Key words: Eduardo Kingman, mistreatment, hands, influence.

El Realismo Social y el Indigenismo fueron movimientos que tuvieron auge alrededor de 1920 y 1930. En toda Latinoamérica los artistas fueron precursores de estos movimientos, defendiendo una ideología que condenaba el maltrato al indígena. En Ecuador, la literatura usa temas correspondientes al Realismo Social, pues había una preocupación sobre la realidad ecuatoriana. Sin embargo, en aquella época la pintura no tenía muchos precursores –aparte de Camilo Egas- que tengan esta tendencia, es ahí que Kingman aparece con un nuevo estilo expresionista de representar la realidad indígena. Él forma parte del Indigenismo y del Realismo Social.

Los acontecimientos que se dieron en otros países de Latinoamérica fueron importantes en la formación del Realismo Social e Indigenismo en el Ecuador, tales como la Revolución Mexicana. Luego de la revolución de 1910 los artistas mexicanos tuvieron un pensamiento posrevolucionario que causó el fenómeno muralista. En la primera mitad del siglo XX se busca una identidad de arte nacional en los países latinoamericanos, y es con la denuncia social y la necesidad de afianzar un arte propio que se consolida un estilo artístico. Al tratar los temas de carácter indígena se pueden descubrir los orígenes de nuestra identidad y a partir de esto establecer una cultura nacional y verdadera. En los años 30 el indio se transforma en símbolos de las naciones, el muralismo mexicano tuvo gran influencia en que esta tendencia se establezca en toda la región. Eduardo Kingman usa sus obras para denunciar una sociedad represora y defender a las víctimas condenadas a resistir el maltrato.

Eduardo Kingman Riofrío nació el 1913 en Zaruma, Loja. Fue un hombre culto y gran lector desde corta edad. Su padre, Edward L. Kingman, era médico de Newton, en el estado de Connecticut en Estados Unidos. Se desconoce la razón por la cual vino a Ecuador. Rosa María Riofrío y Riofrío fue una mujer lojana culta y gran lectora. Luego de que su esposo se marchó tuvo que cuidar a sus hijos sola, fue una madre trabajadora y luchadora.

En la infancia, Kingman presentó un carácter introvertido, prefería jugar solo. Tenía la costumbre de ocultarse, y por esta razón se ganó el apodo de chucho que significa en quichua hoyo o rincón. Se puede tomar esta característica como algo propio de su personalidad, pues en la adultez no le gustaba figurar públicamente.

Un dato curioso sobre su niñez en el que se muestra su lado artístico fue en un dibujo que realizó alrededor de los seis años. La familia sufrió un golpe económico por un agiotista lojano, seguramente al ver esta escena impresionante decidió dibujarla según su punto de vista. Se muestran personajes con bigotes y sombreros que llegan a casa para efectuar la expropiación de bienes, la abuela refugiándose bajo la mesa, la madre implorando, el tío que sale por una puerta, y un niño –su hermano- montado en un caballito de madera. Su hermano Nicolás Kingman se expresó así sobre el suceso: “Lo que resulta sorprendente es que de su ‘arte de esconderse’, de su extraño recogimiento e infantil individualismo, haya surgido su primer dibujo conmovedor; su primer bosquejo dramático y elocuente, que hace difícil llegar a comprender cómo pudo realizarlo un niño que apenas frisaba los seis o siete años.” (Moreno Aguilar, 2011:26)

Luego de este incidente la familia decidió mudarse a Quito. En la capital Kingman asistió al Instituto Nacional Mejía, pero dejó de ir a clases por asistir a la Escuela de Bellas Artes a escondidas. Desde sus quince años a los diecisiete estudió en la Escuela de Bellas Artes bajo la tutela de Víctor Mideros; se dice que a partir de su influencia empezó a desarrollar su propia línea expresiva.

Alrededor de 1931 la familia se mudó a Guayaquil, aquí metieron al pintor en una academia nocturna de contabilidad. Sin embargo, él decidió ignorar los deseos de su madre y al igual que en la capital, faltó a clases. Él prefería ir a un parque cercano al instituto para conversar con cargadores y pordioseros. Es probable que la experiencia de estar cerca a las clases más desfavorecidas marcaría al artista y por lo tanto a su estilo. Se puede apreciar esto en sus obras más próximas (1934) “El carbonero”, “Los balseros” o “Cargadores”.

Otro factor que influyó en el estilo de Kingman fue la literatura del Realismo Social que apareció alrededor de los años 30, sobre todo con el Grupo de Guayaquil. Los escritores tenían una ideología de denuncia y protesta por los problemas sociales. Su propuesta se difundió a los medios culturales del país. El movimiento literario y la amistad que tuvo con los escritores y artistas de Guayaquil fueron elementos importantes para que realice su obra bajo una ideología de izquierda y en términos del realismo social.

Kingman se vio influenciado por los movimientos dados en Ecuador y América Latina. Él tomó características de los indigenistas de México y Perú. Del muralismo tomó el volumen, la presencia monumental de la figura y el propio trabajo mural (Hacienda La Granja). Del indigenismo peruano mantuvo la pintura de caballete, pero lo más importante fue la adopción de la temática de lo popular y lo cotidiano del pueblo. Francisco Ferrándiz Albors –crítico de arte y literatura- dijo: “Kingman es el primer pintor ecuatoriano que ha afrontado y resuelto problemas de la moderna pintura, con la tragedia social de nuestro tiempo por tema, incorporándose a los pintores del nuevo renacimiento que, atormentados por la creación de grandes obras, les resulta insuficiente el lienzo y se lanzan voluntariosamente al mural. Eduardo Kingman, Galo Galecio, Aguilera Malta y Alfredo Palacio […] están señalando el camino del arte a los artistas ecuatorianos, para que éste sea lo que debe ser: el intérprete de las inquietudes sociales de nuestro tiempo y de nuestro medio”. (Moreno Aguilar, 2010:54)

En 1934 Eduardo Kingman mostró sus primeras cinco obras conocidas que formarían parte del arte ecuatoriano del realismo social: “Trabajadores”, “Cacaoteros”, “El Obrero Muerto”, “La Balsa” y “El Carbonero”. En estas pinturas existen ideas revolucionarias de denuncia de una realidad opresora a las clases proletarias –factor determinante en su estilo y personalidad-. El estar cerca del pueblo, de personas con trabajos forzosos y bajo condiciones deplorables, y el observar los rasgos físicos de esta clase social influyó directamente en el estilo de Kingman. Los rostros expresivos, los brazos y manos fuertes y grandes formaron parte de la representación del ser humano, fueron factores usados para representar y denunciar la realidad que oprime al indígena.

“El Obrero Muerto”, “La Balsa” y “El Carbonero” fueron presentados en Quito en la Exposición Nacional de Bellas Artes Mariano Aguilera del año 1935. Sin embargo, el Jurado de Admisión negó el ingreso de las tres obras de Kingman al certamen. El jurado no compartía la ideología de denuncia del pintor. En esa época el paisajismo era el estilo más aceptado.

“El Carbonero” es una de las pinturas más conocidas del artista, y a partir de esta se puede apreciar el estilo de Kingman. Se muestra a un hombre sentado con manos grandes y ampulosas, en el rostro se percibe una expresión de cansancio y tristeza y la fuerte mirada se dirige a un punto ciego para el espectador. Representa el cansancio, la tristeza y desesperanza de un carbonero, el realismo es evidente.

A pesar del rechazo recibido, Kingman continuó realizando pinturas con los mismos temas abordados en el movimiento del Realismo Social. El año siguiente el pintor se presentó con los mismos cuadros y ganó el primer premio con “El Carbonero”. Luego de haber ganado en el Salón Mariano Aguilera, Kingman cobró un gran reconocimiento nacional y tuvo exposiciones en el extranjero.

Kingman, El Carbonero y su influencia (1)[1]

Después de haber conocido la vida y el estilo de Eduardo Kingman, es necesario conocer la opinión de la gente para saber el alcance de su influencia en el imaginario ecuatoriano. Me he concentrado en conocer la visión de este tema de los jóvenes universitarios. Se hicieron veinticinco encuestas a personas entre 18 y 20 años, quienes probablemente han conocido la obra de Kingman o estén familiarizados con el Indigenismo o Realismo Social a causa de sus estudios.

Se hicieron ocho preguntas, de las cuales la mitad eran cerradas. Primero se hacen preguntas sobre el conocimiento del Indigenismo o la obra de Kingman para situar al entrevistado en el contexto. Después se puso la imagen de la pintura “El Carbonero” para descubrir la percepción que tienen los jóvenes sobre la obra. A continuación mostraré los resultados de las encuestas para luego analizarlas.

En los resultados hechos se puede comprobar que Kingman es un artista conocido y que su nombre ha sobrevivido durante años, a pesar de que una minoría lo desconozca. Entre los conocedores de su pintura, varios no recuerdan los nombres de las obras. Sin embargo, se puede apreciar que quienes recuerdan, nombran los cuadros más famosos: “El Carbonero” y “Los Guandos”. En este caso, casi una tercera parte estuvo familiarizada con “El Carbonero” y seguramente tuvieron más facilidad al responder las preguntas siguientes.

En las próximas preguntas se puede apreciar como la mayoría reconoce que el personaje de la pintura es un indígena, pues Kingman se dedicó a retratar a esta comunidad. Al preguntar la sensación que el cuadro produce, todas las respuestas fueron negativas y relacionadas a la obra. El trabajo, el cansancio, la pobreza, la tristeza y la decepción son características propias de la obra. El hecho de que el hombre sea un carbonero es porque muestra la fuerza del trabajo físico al que debe someterse a diario para tratar de salir de la pobreza. La expresión del rostro y el lenguaje corporal quiere mostrar un cansancio y decepción de las condiciones en las que él se encuentra. De igual manera, cuando se pregunta sobre el tamaño de sus brazos y manos, los encuestados vieron en esto una representación de la fuerza física que debe dar por exigencia de su trabajo. Por lo tanto, se ve que la intención del autor es transmitida con claridad; la representación de la realidad y la denuncia al maltrato son captadas por una gran mayoría.

Como se ha dicho antes, con la influencia de los movimientos del Realismo Social e Indigenismo, Kingman retrata una cruel realidad para denunciar el maltrato al indígena. En la séptima pregunta se puede ser que casi un 70% de jóvenes reconocen el injusto sufrimiento al que han debido someterse por cientos de años. Sin embargo, es importante destacar que aún existen –aunque sea una minoría- personas que creen que los indígenas están obligados a permanecer en el campo de trabajo físico. El pensamiento retrógrado de las épocas antiguas, infelizmente, aún se percibe en la actualidad.

A pesar de que la mayoría de encuestados conocen la obra de Kingman y saben sobre el Realismo Social e Indigenismo, no todos se han visto influenciados por el pintor. El 36% tiene su propia visión sobre el indígena, esta puede que sea parecida o diferente a Kingman; de todas maneras, este porcentaje no se ha visto afectado de ningún modo por la obra Kingmaniana. La mayoría de encuestados han estado influenciados de algún modo por la obra del pintor. Muchos de ellos pueden que hayan estudiado a Kingman, al Realismo Social, o al Indigenismo. Entre las respuestas dadas se repiten dos factores: la denuncia al racismo y maltrato y el retrato realista del indígena.

Kingman formó parte de dos de los movimientos artísticos más importantes en América Latina. Su propuesta ha sobrevivido al tiempo ya que su obra aún se conoce, y se seguirá difundiendo. Los estudiantes universitarios, en su mayoría, son conocedores del arte de Kingman y se han visto influenciados por su propuesta. Es así que se puede decir que el pintor no sólo ha hecho arte, sino que también ha impactado en el imaginario de aquellas personas que llegan a conocer su trabajo, pues logra retratar una realidad que se adentra en la visión del indígena en los jóvenes.

Nota: [1] Tomado del libro Eduardo Kingman Riofrío. El Carbonero 1934, Óleo, 120×100 cm, Colección particular, foto de Christoph Hirtz.

Bibliografía:

– Fernández Fernández, José: Indigenismo, ucm, http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/I/indigenismo.htm, 2009, última fecha de revisión: 01/12/11

– Fundación Kingman: Fundación Kingman, fundacionkingman, http://fundacionkingman.com, 2004, última fecha de revisión: 01/12/11

– Laso, Margarita (coordinadora de edición) (1983): PINTORES ECUATORIANOS: E. KINGMAN. Editora Andina, Quito

– Moreno Aguilar, Andrea (2010): EDUARDO KINGMAN RIOFRIO. Banco Central del Ecuador, Quito

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