139 años han pasado desde el 26 de octubre de 1.881, en que en el latifundio de San Pablo Urcu, en Cayambe de la provincia de Pichincha, Ecuador recibía a una de sus lideresas más destacadas y reconocidas por su lucha en favor de la mujer y las familias de ruralidad.
Dolores, la hija de Juan Cacuango, reivindicó la importancia de la educación bilingüe para los indígenas y es una de las figuras destacadas en el proceso de Reforma Agraria que vivió el país en la década en 1.973.
En la actualidad y en el marco de la Política Pública Agropecuaria, el país reconoce la trascendencia de la mujer rural, por la influencia que ejerce en la cohesión de las familias rurales, el mantenimiento de la economía comunitaria. Por estas consideraciones, el trabajo de la Súper Mujer Rural (Súper Mujer del Agro) trasciende dentro de las unidades productivas familiares, por la producción de bienes agrícolas, conservación de agrobiodiversidad, crianza de animales menores y aves de corral; pero también porque realizan otros procesos productivos adicionales al trabajo doméstico no remunerado.
Uno de los homenajes que como banca pública podemos rendir a la mujer rural, y a la presencia de Dolores Cacuango en la historia de las reivindicaciones y conquistas sociales para los pueblos, es atender ágil y oportunamente el financiamiento de los proyectos económicos y productivos; en este sentido, el Crédito Súper Mujer Rural, está disponible para la #SuperMujerRural en articulación del Ministerio de Agricultura y Ganadería, que ya ha permitido que más de 100 mujeres accedan a financiamiento por más de 300 mil dólares.
En el Gobierno de Todos, BanEcuador ha financiado con más de 1.000 millones de dólares los proyectos de 324 mil mujeres ecuatorianas, que representa el 57% de las operaciones de crédito realizadas en este periodo.
