Me encanta las palabras del salmista porque nos dice la verdad, sobre la realidad de nuestras vidas – que todo lo de este mundo pertenece a Dios.
En mi trabajo, no estoy solamente enfocado en las finanzas. Aunque ellas sí son una parte de lo que hago, la mayoría de mis resposabiidades es educar a las personas en lo que se refiere a la mayordomía – las finanzas y mucho más.
Para los Menonitas, el concepto teológico de mayordomía está integrado a lo que significa ser un discípulo de Cristo, un proceso de toda la vida, de vivir fiel a las enseñanzas de Jesús. Si abordamos el tema de la mayordomía desde esta perspectiva, vemos que la mayordomía es más que calcular cuánto daremos a la iglesia como ofrenda o diezmo o, enseñanzas para animar la gente a donar su dinero. En realidad, la mayordomía es nuestra responsabilidad de administrar todo lo que tenemos con sabiduría.
Un concepto de la mayordomía es ser un buen adminstarador del dinero. Pero también es importante ser un buen mayordomo del tiempo, administrando bien el tiempo que tomamos para nuestras familias, el trabajo y la educación. Cuando yo estaba estudiando para el ministerio en Tabor College en Wichita, Kansas, escuché un pastor decir: “El peligro para un pastor es estar casado con la iglesia.” Él estaba hablando sobre la importancia de establecer límites y equilibrar el tiempo que tomamos para el ministerio y la familia. Dios nos da el tiempo y espera que lo administremos con sabiduría. Dice en Eclesiastés 3:1-8 – literaturas de sabiduría – que hay un tiempo para todo.
Con referencia al versículo mencionado al comienzo de este articulo, dice el salmista “del Señor es la tierra”. Es una frase con implicaciones éticas sobre cómo debemos cuidar la tierra de Dios. En el libro de Génesis 1:26, Dios dice que el hombre y la mujer tendrán el papel de cuidar la tierra y todos los seres que avitan en ella. Cuidar la tierra con sabiduría es parte de la responsabilidad que Dios nos dio en esos primeros días.
Con estos elemento sobre lo que es la mayordomía, empezamos a entender lo que es una formación espiritual. Administrar el dinero, el tiempo, y el servicio a la tierra son partes importantes de ser un discípulo de Cristo. De Dios es la tierra y su plentitud, el mundo y sus habitantes, y Él confía tanto en nosotros, que los ha dejado a nuestro cuidado.