Todos recuerdan a aquel parlamentario pirenaico entonando Montagnes Pyrénées en plena Asamblea Nacional, conocemos a los Chanteurs Montagnards, creados por Alfred Roland en el siglo XIX en Bagnères-de-Bigorre y sentimos los pelos de punta al escuchar los coros vascos, demostrando la importancia del canto polifónico en los Pirineos.
Vascos y catalanes, bigourdanos o bearneses... los pirenaicos son cantantes y el canto polifónico de los Pirineos se adentra en la historia y la memoria de la cordillera.
Cantos que recitan la vida cotidiana, las reuniones familiares y las enseñanzas de la escuela.
Una tradición rebosante de vida, cuya transmisión a las generaciones más jóvenes se realiza, entre otros, en el conservatorio de Tarbes, donde existe una clase dedicada especialmente al canto tradicional.
Una bonita forma de mantener vivas las diferentes lenguas habladas en los Pirineos, como intenta, especialmente, la agrupación masculina Balaguèra.
Una tradición mantenida gracias, en parte, a la multitud de eventos como Hesteyade d'Ibos (Bigorre) o el festival de Siros (Béarn), o incluso el festival de Irrintzina, en el País Vasco, que nos ofrecen tantas oportunidades de descubrir la diversidad y la riqueza de los cantos pirenaicos.