La Reserva Federal de Estados Unidos ya aclaró que todos los dólares siguen vigentes y valen lo mismo, sin importar sudiseño ni si fueron impresos en 1920, 1950, 1970 o el año pasado. Los bancos repiten eso hasta el cansancioy tildan de mitoo defake newscualquier afirmaciónen contrario.
En la Argentina, sin embargo, los billetes con "cara chica" son cada vez más rechazadosy eso genera problemas y discusionesreales. Conflictos que pueden volverse particularmente estresantes cuando lo que está en juego es la compraventa de una propiedad, operación que suele realizarse en efectivo y en dólares.
Lo que sucede es que los compradores, muchas veces, tienen una parte importante del monto a pagaren dólares de "cara chica" y pretenden usarlos, bajo el razonableargumento de que son de curso legal en su país de origen.
Pero los vendedores se ponen firmes en no aceptarlos. Y esto, en los últimos meses, ha llegado incluso a poner en riesgo muchas operaciones, obligando a encarar tensasnegociaciones de último minutopara que las escrituras puedan firmarse.
El billete de dólar más nuevo y uno de los diseños más antiguos, frente a frente.Entre el rechazo instalado y las nuevas reservas con"cláusula de caras"
Los "cara chica" son los dólares emitidos durante casi todo el siglo XX, hasta 1996. Tienenmenos medidas de seguridadque los actuales y el rostro de Franklin aparecemás pequeño. Suelen también estar más deteriorados. En los bancos los reciben, pero en el mercado informalempezaron a tomarlos a menor valor. Y ese criterio se terminó extendiendo.
"Hoyen día, y en virtud de la circulación de rumores varios, esosbilletes no son fácilmente aceptados o directamente son rechazados, pidiéndose en su reemplazolosde series más nuevas, los comúnmente llamados 'cara grande'", confirmóa Clarín Jorge De Bártolo, el presidente del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires.
Según contó, debido a estas tensiones, en los últimos meses,los escribanos a menudo han tenido que mediar entre las partes para salvar las operaciones. Además, para prevenir que esto estalle justo al momento del pago y la firma, ahora la cuestión de las "caras" se empezóaplantear con anticipación.
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Los billetes de antiguas versiones generan algunos inconvenientes.
"Normalmente hay conflictos por este tema, pero las partes se terminan poniendo de acuerdo. Hoylo más común es que los vendedoresavisende entrada que no aceptarán dólares 'cara chica', como parte de la negociación previa a la operación", afirmó Alejandro Juan Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina.
"El problema es real", coincidió Marta Oriozabala, CEO de la inmobiliaria Real Capital. "Aparecióantes de la pandemia -recordó-, cuando los billetes 'cara chica' empezaron a ser rechazados. Perose agudizó en los últimos seis meses porque los bancos comenzaron a entregar mayormente esos billetes, y se volvió difícil cambiarlospor losnuevos."
Frente a esto, segúnOriozabala, ahora los vendedores piden que el documento de la reserva incluya una cláusula especialespecificandoque el pago deberá realizarse únicamentecon billetes de 100 dólares de series posteriores a 1996. Con lo cual, si el comprador no cumple, será el responsable de que todo se frustre.
La sorpresa y las discusiones muchas veces surgen al momento de contar el dinero, y el escribano termina mediando. Foto: Elwic.Las tresalternativas para resolver el conflicto en torno a los dólares de "cara chica"
"Nos ha pasado, igualmente, que pese a estos recaudos el comprador aparezca el día dela escritura con una parte del monto en dólares con 'cara chica', diciendo queno pudo cambiarlos. Y se trata ahí de buscar alguna solución", indicó la abogada experta en Real Estate.
Es que, en realidad, a nadie le conviene que la operación se postergueo se caiga por el detalle de las caras. El comprador se arriesga a perder su reserva, que puede ser el 10% del valor. Y el vendedor, además de tener que empezar de cero, entrará en problemassi tenía prevista unacompra encadenada.
Según los especialistas, lo más habitual es que los conflictos en torno ala antigüedadde los billetes se terminen resolviendo poralguna de las tres víasque a continuación se explican.
Pese a las discusiones por los billetes, las partes suelen llegar a un acuerdo y logran firmar la escritura. ¿Pero cómo? Foto: Shutterstock.Opción N°1:ofrecer el pago por medios electrónicos
"Es impensado que por una disposición informal se deba exponer al comprador a una pérdida. Dentro de las posibles soluciones, la más práctica y segura es que el pago se realice por transferencia o por depósito bancario", sugirió Ariel Rodríguez, CEO de la inmobiliaria Value Bet Inmuebles.
De Bártolo, en nombre de los notarios porteños, coincidió: "Los bancos reciben los billetes de dólares 'cara chica', con lo cual muchas veces basta con que el comprador tenga una caja de ahorro en dólares para que sean depositados allí y posteriormente transferidos a una cuenta del vendedor".
Sin embargo, el escribano aclaróque en la Argentina lo más frecuente es que una o ambas partes prefieranno bancarizar la operación, lo que hace que el tema "se complique". El vendedor, además, muchas veces temeque cuando necesite retirar esos dólares en efectivo le den billetes "cabeza chica".
"Mucho de este dinero corresponde a ahorros que la gente tiene guardados desde hacemucho tiempo o hasta quizás es producto de una herencia, y dichas sumas se encuentran por fuera del sistema bancario o financiero", añadió De Bártolo.
Quienes guardan "bajo el colchón" ahorros de toda la vida suelen tener billetes viejos, y al querer usarlos aparecen los problemas. Foto: Archivo.Opción N° 2:intentar cambiar los billetes viejos por nuevos antes de ir a firmar
Si la operación debe ser en efectivo, en las semanas previas a la firma muchos compradores intentan cambiar en el banco sus billetes viejos por los más nuevos. Pero eso no es algo que se pueda ir a pedir directamente en la caja de cualquier sucursal.
"Lo que vienen haciendo es abrir una caja de ahorro en dólares, depositar los billetes de 'cabeza chica' e ir a retirarlos al día siguiente para que les den los de 'cabeza grande', que son los únicos que le aceptará el vendedor", comentó Armando Pepe, dueño de la inmobiliaria homónima y ex presidente de Cucicba (el colegio de corredores inmobiliarios porteño).
El problema es que esta estrategia funciona cada vez menos, ya que como muchos la estuvieron usando, hoy los tesoros de los bancos están repletos de dólares "cara chica" y muchas veces son esos los únicos que tienen para darle al público.
"La otra opción es recurrir a un cambista, que le reemplazará los billetes cobrándole un porcentaje", indicó Pepe. Y contó que estas comisioneshoy pueden ser del 3% al 5%. Lo queen una operación inmobiliariarepresentaundineral: sonUS$ 1.500 a US$ 2.500 por cada US$ 50.000que se necesite canjear.
Opción N° 3:buscar una solución negociada
Cuando el comprador no consigue a tiempo billetes nuevos, y no puede o se niega a afrontar los costos de un canje, la operación sólo puede salvarse mediante una negociación en la que uno o ambos cedan algo.
Las soluciones más comunes, según las fuentes consultadas, son:
- Que el vendedor acepte los "cara chica". Esto sucede a menudo si son una pequeña parte del monto.
- Que el vendedor acepte los "cara chica", pero pida una compensación equivalente al costo de cambiarlos en el mercado.
- Que el comprador y el vendedor se repartan el costo de canjearlos.
- Que sepostergueunas semanas la firma, dando más tiempo al comprador para conseguir los billetes de "cara grande".
Para cambiar los billetes cara chica por ejemplares nuevos cobran en el mercado comisiones del 3% al 5%. Imagen: Archivo,Todo dependerá, finalmente, de cuánta necesidad y apuro tenga cada una de las partes para que el negocio se concrete. Y de la habilidad para mediarque tengan el escribano y el corredor, también interesados en que todo llegue a buen puerto para poder cobrar sus partes.
Puede parecer que todo esto es un verdadero disparate, teniendo en cuenta que en Estados Unidos los dólares "cara chica" y "cara grande" se aceptan sin distinciones, por serambos moneda de curso legalsegún la normativa federal vigente (U.S. Code, título 31, sección 5103).
En la Argentina, sin embargo, hay disparates que se vuelven uso y costumbre. Y no queda más remedio que adaptarse.
MG
